sábado, 18 de agosto de 2012

Soy el muchachito de oro,
encerrado en el cofre
por portarme mal.

No te acerques,
tengo cero onda con todos.

Sé que genero curiosodad,
pero soy muy aburrido.

Insisto,
¡fuera!
Tengo mucha vergüenza,
cometí cosas impensables
para tu pequeña vida.

Mi condena
es ver las caras
llenas de lástima.


miércoles, 15 de agosto de 2012

El fantasma se la llevó a las sombras,
se fue, no volvió.

Vacía la cama,
la muerte espera en ella.
No te acuestes
porque te ahogás.


Esperando el metro podrido,
los ánimos x el piso.

Derecho al infierno va
sin parar sin parar.

El boleto es gratis,
para la vuelta
tenés que poner el culo.

lunes, 13 de agosto de 2012

Ésta vez cedo el lugar a un mail que me fue enviado hace algunos meses x Graciela Cros:


Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

***
Con cariño a las chicas que leen y a las que escriben, y también los varones que conocen a esas chicas.


domingo, 12 de agosto de 2012


El sol me come,
me voy a un lugar oscuro
mas allá de todos los astros.

Te espero allí
para el abrazo eterno
mas allá de todos los tiempos.

Tengo paciencia
mi condición es mi límite
mas allá de todo corazón.

Desaparezco,
hasta siempre
amigos,
hasta nunca
enemigos.

sábado, 11 de agosto de 2012

La paloma es guía
para el científico
que busca la luz en el ADN.

El planeta está atrapado
la atracción del mal es irresistible.

Se nos viene la noche.


martes, 12 de junio de 2012

Emana negra alegría.
 
Su aura multicolor, su risa
generan felicidad.
 
Es hombre de estrellas.

domingo, 3 de junio de 2012


Me tira al re carajo
me voltea
su fuerza viene del infinito.

La cara del viento es grave,
domina las nubes
y nos domina.

Sopla,
los árboles se inclinan a su parecer,
nos empuja así nomás.

domingo, 25 de marzo de 2012

Se conjugan los colores,
algo quiere entrar…
algo quiere salir…
Lágrimas y dolor rojo.