Sigo mi camino, sin mirar atrás. Me voy de éste infierno, a buscar la paz interior que me falta.
Las voces están pesadas y molestas, hoy la estoy ligando, no quiero estar así.

Prefiero no hablar, mi lengua sobra.
Me pudrió siempre lo mismo.

Aborrezco el intercambio de palabras tan venenoso.
Mentí demasiado por vergüenza.
No te quiero oír, no me quiero oír, no los quiero oír.
NO.

Se le pregunta a los espíritus como seguir, qué hacer.
Ellos no dicen nada, tan solo observan la guerra, inmunes.

Las plegarias suben al cielo, la fe de la gente tan solo pide paz,
El pueblo se está cayendo a pedazos.

Qué hay de nuevo,
¿Otra vez sentado, escribiendo poemas malos e inútiles?
Porfavor, ¡alejáte del teclado!

Invertí mejor tu tiempo,
y sobre todo, no me muestres con tus malcreaciones literarias.

Me agarraste un poco podrida,
ya nos volveremos a ver.